Quiropráctica

La veterinaria Mónica Vilas, titular de nuestra clínica, ajustando a un perro y varios caballos.

La quiropráctica es una técnica manual que se basa en la capacidad innata del cuerpo de poder sanarse a sí mismo  sin necesidad de recurrir a fármacos.

Existe una estrecha relación entre la columna vertebral/articulaciones y el sistema nervioso, de forma que al recuperar el correcto funcionamiento entre ambos también conseguiremos restaurar y mantener la salud en general, tanto física como emocionalmente, ya que el sistema nervioso es el encargado de coordinar todos los demás sistemas.

En medicina veterinaria nos encontramos con frecuencia muchos síntomas que son difíciles de solucionar y/o diagnosticar mediante el uso de técnicas de radiología: dolores a los que no conseguimos asociar a ninguna patología específica, cojeras y otros problemas musculoesqueléticos, trastornos neurológicos o incluso cambios de comportamiento, incontinencia, granulomas por lamido, problemas digestivos, infecciones en glándulas anales, etc.

Muchos de ellos están originados por subluxaciones, que son relaciones anormales entre dos superficies articulares adyacentes (tanto a nivel de la columna como en las extremidades) lo que provoca restricciones en el movimiento, provocando que la información nerviosa no pueda fluir de forma correcta. Esto afecta no solo a la propia articulación, sino también a otras estructuras y órganos cercanos, que se verán afectados directa o indirectamente.

Cuando aparece una subluxación en la columna detectaremos una zona en la que hay una hipomovilidad (pérdida de movilidad) y otras zonas en las que aparecerá hipermovilidad (movilidad aumentada) para compensar esa zona de hipomovilidad, lo que hará que esa sea columna sea muy inestable y pueda derivar en problemas más graves como por ejemplo hernias discales.

Mediante el uso principalmente de nuestras manos, conseguiremos detectar y corregir estas subluxaciones utilizando una serie de manipulaciones llamadas ajustes. De este modo volveremos a reacomodar la articulación, devolviéndole su correcta movilidad, y a su vez estaremos consiguiendo que el sistema nervioso vuelva a funcionar también de forma adecuada.

Observaremos una mejoría en la postura, una mejor coordinación y propiocepción, y mejores estímulos hacia el cerebro.

Si combinamos la quiropráctica con otras terapias como la fisioterapia y/o acupuntura podremos obtener unos mejores resultados.

Las causas de subluxación pueden ser muy variadas, y pueden ser tanto físicas, químicas como también emocionales, entre ellas encontramos:

  • Físicas: traumatismos, sobrepeso, animales geriátricos, confinamiento o falta de ejercicio, animales de deporte, problemas dentales, el propio nacimiento y parto, uso de correas y arneses inadecuados, mal uso de sillas de montar en caballos, microtraumas derivados de las propias actividades diarias, etc.
  • Químicas: debilidad en tejidos que rodean la articulación, una mala alimentación…
  • Emocionales.

Existen también animales especialmente predispuestos a padecer patologías musculoesqueléticas por la conformación especialmente larga de su columna vertebral, como los Teckel. En ellos es recomendable realizar ajustes quiroprácticos unas tres veces al año de forma preventiva.

Está también especialmente indicada en animales geriátricos o usados para deporte ya que estos están más predispuestos a sufrir lesiones.